13 d’oct. 2009

México



Esta vez ha sido el congreso anual de ATypi (Association Typographique Internationale) lo que me ha llevado de vuelta a México. Con un poco de más tiempo aunque no con menos trabajo, aprovecharé para visitar otros lugares como Oaxaca, Puebla o Veracruz, ciudad a la que he sido invitado para desarrollar un workshop en diseño de tipografía.
La ciudad de México continúa manteniendo un poder de fascinación increíble.
México es densa. México es vibrante. México es color.



Después de haber visitado el Museo Nacional de Antropología es más fácil entender cual es la verdadera entidad mexicana.
Sin duda, Mesoamérica fue una encrucijada de culturas que muestran una enorme y variada riqueza.
Uno siente como la grandeza de los pueblos no debería medirse por la fuerza de sus armas ni por su capacidad económica. Demasiado a menudo la sed de poder devasta territorios, sesgando el futuro y las esperanzas de sus habitantes.
Así que uno se pregunta... ¿por qué el Sr. Cortés no se quedó en casa aquel día?

Es asombroso observar el sincretismo cultural. La fuerza con que las religiones y creencias autóctonas aflora en los ritos impuestos por la conquista. Parece que el fuego devorador les pasó por encima pero, por suerte, no consiguió devorar del todo sus raíces.




Glifos. Un sistema de escritura utilizado por los antiguos pobladores de estas tierras. Desconozco todo acerca de ellos. Aunque me atraen sus formas antropomórficas.